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lunes, septiembre 18, 2006

Como izar la bandera Chilena, de forma correcta.

Correcta ubicación de la Bandera nacional vista de frente.

El Decreto Supremo Nº 1.534, de 18 de octubre de 1967 establece que el Emblema Nacional debe lucir en todos los edificios públicos y particulares del país durante los días de Fiestas Patrias. Nuestra bandera merece el mayor respeto de todos nosotros. Eso significa, en primer lugar, que nuestra enseña debe usarse sólo el 18 y 19 de septiembre, y que emplearla en los días precedentes o posteriores implica una infracción, lo mismo que izarla en un mástil que no sea de color blanco.

Si se utiliza sin asta puede ser puesta horizontal o verticalmente, casos en los cuales su estrella debe quedar en la parte superior y siempre a la izquierda del observador. Debemos, también, tener en cuenta que no está permitido emplear banderas en las que esté inserto el escudo nacional, ya que esa combinación corresponde exclusivamente a la bandera presidencial.

En caso que nuestro Emblema Patrio sea izado junto a banderas extranjeras, su tamaño no podrá ser inferior a las demás, ni colocarse a menor altura. Cuando sólo sea uno el pabellón extranjero se la ubicará a la izquierda del espectador; si está acompañada de un número par de pabellones extranjeros, ocupará el centro de ellos; si se coloca junto a un número impar, ocupará el primer lugar al lado izquierdo del espectador, u otra ubicación en forma que destaque.

El incumplimiento de estas disposiciones acarrea sanciones por parte de los juzgados de Policía Local.

HISTORIA

Como preludio de la primavera, en septiembre floreció la libertad de nuestra nación. Un suceso del cual conmemoramos 196 años y que marcó el inicio de nuestra gesta emancipadora.

Fue la instalación de la Primera Junta de Gobierno, la cual, el 18 de septiembre de 1810, asumió la administración del país, aun concebido como Reino de Chile, con la finalidad de conservarlo para el Rey Fernando VII de España, prisionero de Napoleón.

Parecía sólo un paréntesis del dominio hispánico sobre su más austral colonia americana, pero terminó siendo el primer paso hacia nuestra libertad definitiva.

Por tal razón, los chilenos celebramos el 18 de Septiembre como nuestro Día de la Independencia. Y, también, porque la idea libertadora de nuestros héroes se llenó de aquella esperanza que años después se traduciría en la completa separación de Chile de la corona española.

Con la Patria Vieja que se inició aquel día, el país estableció sus primeros símbolos. De este modo, su propia bandera y su propio escudo comenzaron a mostrar la férrea voluntad de un pueblo de no volver atrás y de continuar caminando hacia su total emancipación.

Con la Reconquista esos emblemas fueron reemplazados por las insignias hispanas. Sin embargo, la lucha de nuestros patriotas nos condujo a la Patria Nueva, durante la cual una bandera y un escudo, también nuevos, fueron los distintivos de nuestra nacionalidad.

Nuestra actual bandera fue izada por primera vez en forma pública el 12 de febrero de 1818, durante la solemne proclamación de la Independencia, en la que también se dio inicio al rito del juramento de la bandera.

Nuestro pabellón patrio fue concebido por el ministro José Ignacio Zenteno durante el gobierno del Libertador Bernardo O’Higgins y fue diseñado por el militar español Antonio Arcos.

Los colores rojo, azul y blanco representan, respectivamente, la sangre vertida durante la guerra de la Independencia, el nítido azul de nuestro cielo y la nieve de la Cordillera de Los Andes. La estrella simboliza la unidad del país, constituido en un solo Estado, a diferencia de aquellos formados por diferentes estados federados. El fondo azul donde ésta descansa corresponde exactamente a un tercio del tamaño de la parte inferior de color rojo.

BANDERAS DE CHILE A TRAVÉS DE SU HISTORIA

PATRIA VIEJA

En el gobierno del General José Miguel Carrera, se diseñó una bandera nacional y una escarapela como distintivos de los patriotas. Ambas fueron las primeras enseñas del país. Aquella bandera estaba formada por tres franjas verticales de igual tamaño. La superior era azul, la intermedia blanca y la inferior amarilla.

Dice la historia que esa bandera se izó por primera vez el 4 de julio de 1812, en el banquete ofrecido por el cónsul de Estados Unidos, Joel Robert Poinsett, para celebrar el aniversario de la independencia de su país, un acontecimiento que tuvo gran influencia en Chile. Poco después, el 30 de septiembre del mismo año, el escudo y la bandera de la Patria Vieja fueron adoptados con gran solemnidad, aunque no recibieron oficialización.

Para fray Camilo Henríquez, fundador de “La Aurora de Chile”, el primer periódico nacional, aquel pabellón representaba los tres poderes del Estado: Majestad, Ley y Fuerza. Se usó por última vez en la batalla de Rancagua, el 1 y 2 de octubre de 1814, episodio que dio comienzo a la Reconquista, período en el cual Chile no tuvo enseña propia.

El Ejército Libertador, organizado en Argentina, luchó en Chacabuco bajo la bandera de esa nación. Y desde aquel glorioso 12 de febrero de 1817 no se usó más el emblema español.

PATRIA NUEVA

El 18 de octubre 1817 se adoptó un nuevo pabellón, el cual la historia conoce como bandera de la transición y cuyo diseño se atribuye a Juan Gregorio Las Heras. Por primera vez, nuestra enseña llevó los colores de la actual bandera nacional en tres franjas horizontales, la superior azul, la del medio blanca y la inferior roja. Esos colores simbolizaban el cielo chileno, la nieve de la cordillera de los Andes y la sangre vertida por nuestros héroes en los campos de batalla.

Como sucedió con la bandera de la Patria Vieja, ésta tampoco fue legalizada y duró un corto período, debido, entre otras razones, a que se confundía con la holandesa.

BANDERA ACTUAL

El pabellón nacional que hoy nos cobija fue idea del ministro José Ignacio Zenteno y su diseño correspondió al militar español Antonio Arcos. Sin embargo, también se sostiene que su diseñador fue Gregorio de Andía y Varela

Se legalizó por decreto ley del 18 de octubre de 1817, promulgado bajo el gobierno del general Bernardo O'Higgins y firmado por el ministro de Guerra, coronel José Ignacio Zenteno.

A sus colores se les atribuye la misma simbología de los del pabellón que lo antecedió, en tanto su única estrella representa la unidad del país, constituido en un solo Estado, a diferencia de aquellos formados por distintos estados federados.

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