Existe un extraño y desconocido simbolismo en el Altar Papal de la Basílica del Vaticano, incorporado por el genial artista Bernini, cuando recibió el curioso encargo de construir dicho altar del Papa Urbano VIII, hacia el segundo cuarto del siglo XVII.
Este encargo, el Papa lo realizó al cumplir una promesa a raíz del estado de salud de una de sus sobrinas favoritas. Al parecer la mujer estaba pasando un embarazo complicado y se temía por su vida y la del bebé.
Al parecer nació una criatura sana y la madre salvó también la vida. Al cumplir el encargo papal, Bernini en un arranque de inspiración, utilizó como símbolo el escudo de su familia: un campo con 3 abejas.
En la observación del altar, en el primer blasón aparece la cabeza de la mujer sobre el campo de abejas, señalando las abejas el vientre de la mujer. En la base de la primera columna se puede ver la cabeza de una joven sana con un cuerpo normal.
En el siguiente escudo se puede apreciar la gravidez y el padecimiento de la mujer, cuyo rostro muestra el dolor y su cuerpo enormemente hinchado. En el ultimo blasón ha desaparecido la cabeza de la madre reemplazada por el rostro sonriente del bebé.
Este encargo, el Papa lo realizó al cumplir una promesa a raíz del estado de salud de una de sus sobrinas favoritas. Al parecer la mujer estaba pasando un embarazo complicado y se temía por su vida y la del bebé.
Al parecer nació una criatura sana y la madre salvó también la vida. Al cumplir el encargo papal, Bernini en un arranque de inspiración, utilizó como símbolo el escudo de su familia: un campo con 3 abejas.
En la observación del altar, en el primer blasón aparece la cabeza de la mujer sobre el campo de abejas, señalando las abejas el vientre de la mujer. En la base de la primera columna se puede ver la cabeza de una joven sana con un cuerpo normal.
En el siguiente escudo se puede apreciar la gravidez y el padecimiento de la mujer, cuyo rostro muestra el dolor y su cuerpo enormemente hinchado. En el ultimo blasón ha desaparecido la cabeza de la madre reemplazada por el rostro sonriente del bebé.
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